martes, 24 de enero de 2017

Crónica taurina de un desayuno.




  Crónica taurina de un desayuno.
                                                (Tal que en los viejos tiempos)


Reapareció el diestro manco Simón del Estadio, cuatro semanas después de su última cogida, y lo hizo como en los viejos tiempos: el mismo vestido de torear en el paseíllo, las mismas ansias de triunfo y parecida predisposición al arte.
En el Coso de La Catedral se lidiaron 3 molletes 3 de Antequera. Un cuarto, del Hierro del Polvillo, descastado, se devolvió a corrales por falta de trapío en la levadura.
Estocada caída al primero (dos orejas). Bajonazo al segundo (silencio). Estocada de gitano al tercero con descabello de peluquería (dos orejas y rabo). Salió a hombros Simón.
Toreros veteranos son los que sirven de referencia a los jóvenes pegapases, a los aficionados del buen yantar. El del Estadio le pegó tres pases al suyo, a las dos caras de la tostá que para qué, no se la saltaba ni Osnaider Ramos con garrocha. Destilando gallardía le brindó la faena a una hembra azabache que relucía tras el burladero cinco (con o sin premio); además, con sus habituales arrestos manejó el estoque de Albacete (también tiene premio) dándole ora manteca ora fuagrás.
Aleteo de palmas del respetable y Suspiros de España de La Banda que le puso chimpún a una faena de campanillas, de otra época. Puerta del Príncipe para Simón del Estadio y sus dos sobresalientes.

Markus Lieben.

*Crónica inspirada en las memorables de Joaquín Vidal (padre), que le homenajean    modestamente.


Sevilla, 14 Enero de 2.017. Gran Plaza.

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