Primavera.
Ella, cada año pinta de verde nacido las praderas, enmoqueta
las cunetas con grama, canónigos bautizados por el hisopo del rocío y
verdolagas de pasado porcino y futuro vegano, hace brotar en las comisuras de
las sierras veneros infinitivos de agua gélida, sin declinar aún. En los
botones de los impacientes frutales engendra la cosecha latente. A ras de
tierra, colorea como un niño el ejército de flores multicolores; además, tornea
en mármol rosa de Carrara arrobas de magra carne que las mujeres enseñan ahora,
después de meses enclaustrada tras gruesos tejidos de abrigo, con cinco
candados de ojales ciegos, y llenos, que siempre se alinean en el lado
izquierdo, el del corazón, y que están dispuestos como un sistema planetario
simétrico, de modista del Universo.
Y más, ella, ilumina los rostros de sonrisas recién reídas,
mientras el cielo añil aborrega piaras de nubes correderas, sopladas hacia el
horizonte nítido por el viento, camino de los corrales con cerca en las
montañas coronadas de nieve.
Ante mí, un océano de tierra con ejércitos de olivos en
formación militar. Tierra desnuda y bermeja peinada con vertederas de disco
hasta la linde de una acequia de tornas ahora cerradas a la espera de que se agoste
el terreno, entonces, sediento abrevará de
su caño caprichoso. Tras las dehesas estampadas con encinas y alcornoques hay
acantilados de riscos pétreos, simas, cañones, abiertos por arroyos y
torrenteras que rompen agua del deshielo, son cicatrices abiertas en la carne
de la tierra. El aliento del páramo atusa el bozo de los ralos bosques de
galería, mece la mies tierna aún en el moisés de su espiga siempre con vaivén
de olas, y arremolina o dispersa este heraldo de aire, un caos inabarcable de pelusas de chopo desde los pies de las cercas de piedra hasta la rivera de los
ríos preñados de peces contra corriente. Mientras, a los sarmientos les salen
dedos y antebrazos famélicos que cuentan los días para una vendimia de vino alegre y joven.
Huele a limpio, a nuevo, a aire no respirado, a campo
abierto y fértil. Es primavera.
Nemoski-16.
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