sábado, 2 de marzo de 2019

El soldado.




La soledad excava a pico y pala
su trinchera en el pecho
de un soldado, solo, frente a la muerte
el vacío que encuentra
transita de madrugada
por el laberinto de un camposanto
lleno de arterias exangües, de ruidos
que le tajan la carne.
Temblor,
dolor eviscerado
síncopes de lamentos
de la escolanía del regimiento.
El crepúsculo, ajeno
traza el garabato
del hosco abandono
sobre la pátina húmeda de su fato
y le hiere, su baldía memoria,
su fatídica suerte
la indiferencia del día cuando amanece.


Nemo.

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