lunes, 7 de enero de 2019

La Puerta.




Es puerta, si miras lo ves:
pestañas de madera bate,
gasta iris de calle hebrea,
en sus mejillas, lunares de yerro la embellecen
y
para que la entres
tiene dos aldabas pendientes,
que son su mejor promesa de cobijo, cacho y víveres.
Se enmarca, entre las jambas, abierta,
hospitalaria, fresca o cálida según demandes.
Sin que se vea, gatera esconde
y chulea al transeúnte, siempre,
la heráldica de su linaje
-labrado en piedra, en la clave de su frente-.
Si entras te guarda, te guarece.
 Le das el santo y seña si vienes
y
a dos vueltas de una llave
su cerrojo se abre.
Secretos de alcoba tiene,
barriga de bodega, chimenea,
biblioteca, desván, estancias, salones
y un corral donde florecen las flores
con su limonero lunero, su parra, sus arriates
y en lo más soleado, despejado de árboles
una alberca, donde desnuda se baña Dolores.
¿La quieres ver?
Se entiende.
Si entras por esa puerta, si vienes
quizá te la enseñe.

"La puerta" ®Nemo©


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