lunes, 25 de septiembre de 2017

Dímelo a la cara.

                     
                      Dímelo.

                     ¿Bollo de pan negro?

¿Lucernario o tragaluz del Castillo de las Aguzaderas? (El Coronil, Sevilla).


Fotografía: Markus Lieben.

domingo, 17 de septiembre de 2017

Crucigrama de pseudónimos del infraescrito.


Sopa seca de Grafemas.

Las bases del juego son las de siempre: debes buscar alias en el cuadro como si te interesara el juego.
Las palabras se cruzan como aspas en un edificio condenado al derribo, también puedes encontrarlas del revés mostrando las costuras de un pasado exóticamente ajeno, o apuntar tanto al Cielo de las Ideas unas, como al horizonte árido de la página en blanco otras. Hay sobrenombres que ascienden escaleras con resuello entrecortado, o que descienden al Purgatorio de las Letras Sin Palabras. Sí. Puede que algún mote haya, esquinado, como un rencor antiguo.
Y toda la sopa seca de grafemas bulle al fuego del anonimato impostado, salpimentado con una pizca de ocurrencia e impudicia.


Advertencia de posología: si estás embarazado, pues te han hecho una faena, niño, porque sólo puedes hacer el crucigrama en ayunas; si al contrario estás Enfermo de Realidad, bueno, creo que no vas entender un carajo; pero, si eres jubilado o un raro, mejor así, que igual le encuentras alguna gracia al asunto, aunque lo dudo.

Contraindicaciones: Evita hacer el crucigrama mientras duermes o conduces. Está pendiente el estudio médico del caso bizarro de un desgraciado estrábico, gabacho de Mónaco para más inri, que resultó no ser ni francés ni de Monaco, era Príncipe de los Travelos con pasado anfibio, bueno, que me lío, este tipo, digo, encontró el único cuadro blanco del pasatiempo mientras le hacía el amor a su señora ¿o era a una profesional?(esto no está claro). Se contempla por los expertos etólogos la posibilidad de que fuera una señora profesional, en fin.

Sobredosis: En caso de ingesta excesiva de apelativos se recomienda beber mucha agua y aprender a maldecir bien, a fin de acordarse del autor y su ralea con suficiente desprecio e ira.

Ruego final: no acudas a los Servicios de Urgencias de los hospitales más próximos a dar la brasa ante cualquier erupción de insultos, hazlo en tu propio domicilio, o bien, acude a tu Estadio de Cabecera el próximo partido de Cristiano Ronaldo, y desahóguate.

Nemolías—17.

sábado, 2 de septiembre de 2017

Galería de instantes.




El Rocío (Huelva).



Embarcadero en Canela.
(Huelva).



FLSm por Nemo.



Edificio Filella.
(Sevilla).



Destello.



Sendero alegórico/2.
Convergente o divergente.



En busca de donde nace.



Desde las entrañas
de la tierra.
(La Catedral. Garganta Verde).



Sólo medio puente.
(Pendiente queda el otro medio).



Atardecer melancólico.



Ocaso en el faro.



Garganta pétrea.



Túnel.



Ojos de mar.
(Algarve. Portugal).



Árbol crucificado por el fuego.



Puente Tercer Milenio.
(Zaragoza).




¿Eh?



Otra A.



El Gallo Cautivo de Arrés.
(Huesca).


Fotografías: Markus Lieben.


























viernes, 1 de septiembre de 2017

Fulano de tal.




Un cualquiera: Esbozo de un fulano de tal.


Fulano de tal se gasta una cara bovina con muermo de adolescente crónico, a pesar de superar ya la veintena. Tiene brotes de ira orbi et orbe, gorra cogotera del Pájaro Loco, mirada de “-me la pela, tío-“; cascos abrochados a dos bares de presión en sus orejas de soplillo que vierten reggateon a chorros:…Des-pa-ci-to…Así anda, despacito, con el paso corto, la cadencia de las trabajaderas y un bamboleo vacilón de barrio húmedo.

Su camiseta con vocación talar deletrea una leyenda en inglés, por supuesto, algo así como “young ever, fool”, y más, calzonas caídas demasiado rotas para no ser nuevas, impolutas zapas de marca, desanudadas; hierro hociquero modelo Gemelo de Bodorrio y zarcillo de 14 quilates con una circonita que brilla como el colmillo de un famoso después de unos enjuagues con peróxido de nitrógeno. Del cuello le cuelga una cadena de cisterna chapada en oro robado, y como péndulo de la misma le pende el típico escudo del Betis en oro del que cagó el moro que marca su tiempo entre descensos a segunda y racias por Nervión, donde acostumbran él y sus colegas a correr palanganas de bonito, tal y como otros lo hacen con vaquillas tan bien afeitadas como éstos por Mercaderes y Estafeta.

Es un todo en uno, un cani de ración, de las afueras, de los alrededores de un colector hediondo del Polígono Industrial 5º Pino, donde como jaramagos en un erial se erigen los Bloques Sociales Los Colorines. Concretamente, él es del Colorao Portal 5, Piso 5º P, Tercera Manípula, Última Cohorte. Allí, al sur, donde el Cardo de la ciudad trompica con escombreras de chapuzas ilegales y los bidones con candela orientan como faros hipnóticos al ejército vencido de yonquis peripatéticos que aprenden a morir todos los días, gramo a gramo.

Será carne de talego según la tradición familiar (han llegado a veranear en La Ranilla hasta cinco familiares suyos a la vez, su padre, la madre que le parió, sus tíos El Tato y El Palomo, y el difunto primo Segundo). Coincidió a la vera del Tamarguillo el Clan durante la celebración de la Expo del 92, cabalmente, por gentileza del Grupo 7 ¡Gagüen tó! En cuanto a él, ya se verá, pero pinta mal el retrato.

Los colegas le dicen “El Gusano”, quizá por el tatuaje de una culebra bastarda que le asoma por la patera, sobre el gemelo izquierdo la cola, la calcomanía le serpentea todo el cuerpo, hasta abrir su boca con lengua bífida en el hombro derecho. Pero puede que no sea por eso, quizá sea simplemente por la similitud fonética con su nombre. Siempre he pensado que los nombres de cada uno tienen porqués, o no, qué sé yo. Unos los llevan sin ton ni son, como un sambenito. Oigo opiniones de todo tipo, otros, pues tienden a honrar el nominativo y tienen cara de fulano si tienen la boca de esportón y ojos saltones de batracio, como es el caso. Es más, hasta el apellido lo calza fulanito con propiedad: Mambrino, al ser él de tez aceituna de almazara y tan invisible para el mundo como el que se calaba el famoso yelmo del rey moro. A lo que íbamos, bueno, que es feo, y de arrabal como atenuante.
Urbano Mambrino, un fulano de tal.



Nemochtitlán-17.