Cosas acrónimas.
Es pensionista desde la tierna edad
de 29 años, hace tela de años. Su vida laboral cabría en uno de sus
mondadientes planos: 1 año, dos meses y trece días de panadero en una tahona.
En camiseta interior de tirantas y pantalón enharinado, adormilado, escuchaba
en el radio al Butanito maldecir a los agarrafarolas. Eran las tantas, vencido,
se apoyó sobre la amasadora, creo que soñó que dormía o se ensoñó, pero, entonces,
un bicho de la noche (grillo, polilla o vete a saber qué) calló dentro de la
artesa, en la masa que masticaba el gancho, y él, automáticamente, metió la
mano. Resultado: brazo derecho destrozado y descoyuntado: molienda de huesos
con ventitrés fracturas.
Su amigo Máximo Caballo, empoderado
suyo, le movió papeles para llenar una imprenta y le consiguió una paguita de
minusválido, para complementarla, su novia Sina le enchufó como vendedor auxiliar
de la Once. Él veía como un vigía, pero…sin entender nada, se dejó hacer. ¡Trabajar!
si no hay más remedio, porque él tiene alma de rentista minimalista. El
chalaneo de los cupones lo hacía, la mar de bien, Sina, con su retahíla
arrabalera y su sonsonete de bingo.
Tiende a menudo a sufrir Ataques de
Bostezos Convulsivos, el ABC tipificado en el Manual de Patologías y Enfermedades
del Doctor Caligari, que no terminan hasta que su úvula da la hora en punto del
vómito liberador. A este episodio fisiológico le precede invariablemente una
sensación de angustia creciente que le retuerce las tripas y una ansiedad que
le sofoca y le hace boquear como a un besugo en un albañal, busca aire y lo que
desencadena, bien lo sabe él, es una sucesión interminable de bostezos
nerviosos.
Su compadre Perfecto (Er T.S. ahora,
antes er Practicante) con sorna se lo tiene dicho –Manué, compare, tú lo que
tiene e er SIETE, o sea, el Síndrome de Incapacidad Ética Transitoria del
Encrudecío, que te provocan episodio de ABS ¡má claro, agua!--. Él, suele alzar
las cejas con credulidad bovina y empinar inmediatamente después el codo para
tragar el chato de un viaje, por hacer algo, vamos. Ya le ha preguntado mil
veces El Crúo que qué es eso y como respuesta suele recibir del compare Perfe
un –No es ná grave, tú relájate y no pienses en ná, que se quita solo--.
Por cierto, no pensar en nada es de
las cosas que mejor se le dan. Esa terapia la borda. Es un maestro 5º Dan del
Nihilismo de Barrio, ya lo creo. Entre hacer y pensar, prefiere el Amago
Metodológico como Camino de Perfección. A veces, ha llegado a amagar con un
pensamiento abortado que le ahorra hasta el intento mecánico de actuar, con lo
que su Inhibición Virtuosa sale reforzada y perfeccionada. Muestra al mundo una
estampa regia e hierática, distinguida e imperturbable, digna de un Modelo
Social Imperecedero de Referencia, un MSIR con valor ecuménico. Ya lo he dicho.
Cosas acrónimas.
¿Continuará?
Nemotchenko-17.
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