martes, 23 de mayo de 2023

Edición Especial. Tony D. Aparato elegíaco de Antonio.

                      Tony D, por Nemo.


PREÁMBULO

Quiero decir
-y quizá no sé decir lo que quiero-
que entre lo que digo
y lo que deseo
cabe más un Antonio
que un Diego.

Sea este galimatías
panegírico o elegía
ditirambo, oda o poesía
a esto no le falta duelo
y en abundancia
certezas, fábulas y melancolía.


                                   I
Toni Dé
al dictado, estudió egebé
antes: parvulitos, enciclopedia y Calleja
-tras Cleo, Maripí y Teté-
frente a un mapa de la piel de toro
soñó con el Río de Oro
y clamó, con musiquita de coro
reyes godos, ríos y cordilleras
multiplicó mocos por piteras
como zurces en la culera.
Un Don Ramón con mostacho
le dió algún capón ¡El muy cabrón!
pero a él no le traumatizó
gracias al aroma del hornazo
que en el recreo despachó.

Las preseas de montanera
penden de la viga cumbrera
medallero que se orea
por la zarcera de su bodega
bajo el raso: morcones, lomos, perniles secos
panacea
tesoro de Almanza, de cualquier parentela.

Arriba
La Torre otea culebrear a la vega
la que Almanzor defendiera,
silba el viento del norte entre las tejas
en la muralla, afila con su aliento mellas
y por el Arco de Piedra, sale y entra.


                                   II

Dibujó ondas en la prístina pátina del Cea
con piedras planas como perrunillas.
Su diestra mano
tumbó el cicón del bolo leonés
con un ahorcado de bola
al biés de un zurdo
Marqués de Calaveras.

Tiznaron el betún de sus zapatos Gorila
el empedrado de calles nudas.
Corrió el pañuelo, ganó canicas
y acunó en su palma una peonza
clavó limas, robó nidos, crió gallinas.

Conoció un país oscuro y sepia
lleno de sotanas, toques de campana
música con chimpún de charanga.
Sin terapia ni mandangas
superó la guasa
del cine de las sábanas blancas.


                                    III

Escuchó a la Creedence, a Blondie
a The Who, a Deep Purple, a Led Zepellin, a Moris y su gamuza azul
en el Barrio Húmedo, antes del Buda.
Y según cuenta
una popular Crónica de Ebrios y Ciegos
que desmiente a los mentideros
se zampó una de sangre en La Bicha
un día de marzo, hace la tira
dicen, que el dueño, con él, fue atento
-¡Vamos, para hacer una cruz con tiza!-

Tony-D pinchó discos de Ted Nugend
-y sí-
como Adán movió la cabeza
al tiempo que se rascaba la cadera.
Saboreó besos con sabor a tabaco y saliva
y en los billares, trasegó calimocho
en botellas de lejía.

Fue monaguillo 
en guateques de luz clandestina.
Guerra de sexos. Ojos pintados.
la enemiga inexpugnable
sitiadaabrazada
y tras la cancela de sus codos
niega, reniega
se cuelga del merlón de su cuello
y ...
--¡no...esa mano, Toño, estate quieto!
¿qué te has creído, mozo
que soy una fresca del Burgo Ranero?--.


                                   IV

Pintó rayas blancas
en prados oníricos de Arabia
no sabía
¡qué hostias hacía la hierba en el desierto!
y él, uno de León
del páramo de Riaño
rodeado de barbas,
en aquel Ábrete Sésamo
que huele a almizcle, a cuero.


                                     V

Fiel del Evangelio Pagano de Jenaro
frecuentó sus lugares santos
tabernas del Húmedo, la muralla
los reservados y sus burladeros.
Por tan sediento maestro
chupó vidrios hasta besar el suelo
y luego, vengativo, se alivió
donde el pellejero dejó sus restos
justo detrás de aquel infausto aliviadero.


                                    VI

Ofreció su prendimiento
y fue Nazareno en su pueblo
histrión de peplum, mostró su escarnio
de Viernes Santo.
Pasos de condenado
en el páramo de Riaño
caídas ante judíos vecinos
que lucen el hato de los domingos.
Con Simón el Cirineo
ciñó la usufructuaria cruz de su sino.

Desnudo de pies, descalzo
sólo el anhelo del pan con orujo
le animó a mover el cíngulo
hasta el matadero,
eso, y unos callos "Angelicales"
abrigados con la hogaza candeal
prometida por su cuñado panadero.


                                   VII

Al llegar al sur
después de cruzar leguas de tierra
se sintió un astronauta en Andrómeda
fuera de sitio
en una ciénaga con luna, con un río
y que por Santa Ana luce farolillos,
lunares del faralá de su Alameda.

Le recuerdo ser un rebollo sin tiesto
un hijo de la tierra donde hiela
al que le faltan montañas
pinares, chopos, cipreses, viñas
y el sedoso batán de olas
en el océano de la siembra
que el Regañón galaico mece al vaivén
de la marea.
Sobre su mismidad
un cielo absoluto, celeste castellano
el de Velázquez o Antonio López
en sus lienzos del Museo del Prado.


                                   VIII

Fue un tiempo contable de un manicomio:
recortó los perfiles de aquel muladar
sombras distópicas de esquizofrénicos
que arrastran los pies
sin más cadena que su modorra,
idos, abiertos los dedos
le piden un café, un cigarrillo, una Zyprexa
la hora, la fecha, un sí sin peros
para irse con su abuela
porque a su madre
ya le dieron exequias y entierro.


                                   IX

Le abren las puertas del binario cielo
las claves que rebusca como garimpeiro
con patente de corsario navega
y encaramado a un mástil de fibra cósmica
atisba la tierra de Jauja por el catalejo
alcanza la pícara abundancia con dos wüebos, un intro y tres algoritmos
llena su cuerno de enigmas binarios.
Ya le sobran utopías, quimeras
sólo callos, vino de Toro y cecina
lleva en su manifiesto
para llegar donde el tornaviaje comienza
y volver
después de haber empezado de nuevo.

En esta Casa de Conversación,
tertuliano y lavandero
de máculas que zahieren
los diez mandamientos
ennegrecen
ajenas conciencias sin Grillo
ahítas de remordimiento
ánimas brunas
caminan derechas al infierno.

Corredor
de bursátiles apuestas en el teletexto.
Padre de cuerpo entero.
Marido a plazo fijo.
Quinto barriguero.
En el estío, hijo pródigo.
Vikingo balompédico.


                                      X

En Cumplimiento, encomendero
de la heredad infame del Alcázar del Reo.
Relevista olímpico
de incidencias que caben en un asiento.

Trasnochador de reja, custodio
de penas que son condenas
pastor de venales canallas,
de familiares del monipodio
aliviadores de bienes,
jaques de a tanto el sumario
quebradores asaz finos
de derechos por ellos torcidos
y sepultureros de desdichados antes vivos.

Sonámbulo funambulista
en las horas pares de insomnes madrugadas
"donde toda incomodidad tiene asiento".
Del brazo mutilado
se duele el Manco de Lepanto
al escribir esto
y él, del sueño robado
por clientes bárbaros
y por propios que por instinto tenemos
un ombligo con bola de pelo
y un Principio de Vida Lelo.

Constante e inexorable
es el péndulo del tiempo.
Rimeras de años marchitos
nos engendran melancolía
en este crepuscular momento
y él hasta ayer
enguachinó de lúbricas citas
sus días de descuento
como Celestino de esta mancebía
a burlangas necios
con las que alimentan -y dan pecho-
a sus churumbeles
acrecientan sus sobredosis, su peculio
en fin,
con las fieles proveedoras de cuernos.

                                   *
Su caudaloso verbo se serena
donde Jorge Manrique dijo
siento frío, estoy más desnudo
más, sin un amigo
más, ahora que oigo su silencio.

Esto, aquí, queda escrito
-se acabó el cuento-
para que su memoria sea la nuestra
y nuestra tristeza
recompense su camino.

                          In memoriam Antonii.

Nemo.

4 enero de 2.024.


Fotografía: Markus Lieben.
Texto: Tony D. Engendro elegíaco de Antonio, de Nemo.
Pinturita: Tony D, de Nemo.
-Rotuladores al agua sobre cartulina-.
Fondos de la Fundación Grisgrís. Sala La Zajurda del Marrano Matúo. La Ballena. Valle del Xerte. Mangurria.
Factótum: Rnesttatta Hammatta-Hammatta.

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