Ya no hay siderúrgico hormigueo
en la acería
ni el hollín tizna de ocre las tinieblas
de su serranía
sus ventanas sin anteojos contemplan caprichos de cirros en la celestial bóveda
pastar como rebaños de Dafnis en el Etna.
¿Qué hacen las alabardas de los pararrayos?
hilvanan con hilo de nube
estelas de aviones que van a Sangrilá.
A la factoría
le crecen en sus muros pelambres
de enredadera,
vello venenoso de adelfas
en el pubis de sus escaleras
y en las azoteas, de sesera
copas frondosas de álamos e higueras
donde los rabilargos tienen su escolanía,
a uno de ellos
el cernícalo
le hace la espera
que silenciará su trino
y con la cola
se hará un nido.
En la acería
el olvido
da paz,
vacío
y
pesadumbre
de haber perdido.
La acería, de Nemo.
Dibujo: Nemo.
Poenema: Nemo.
Fotografía: Markus Lieben.
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