martes, 2 de octubre de 2018

¿Por qué? La cuarta pregunta.



                           

                                                                        ¿Por qué?





Si tienes convicciones religiosas el porqué lo tienes resuelto, no se hable más, la respuesta suele ser redundante y todos la sabemos.

Puesto que tu racionalidad te impele a explorar el porqué de las cosas a través de la ciencia, pues también; con el Método Científico en ristre y la Tabla Periódica de Elementos en la otra mano, abrirás todas las cerraduras que custodian las grandes preguntas, las más complicadas, además averiguarás por qué es así y de qué está hecho el Universo, tú y yo incluidos.

Si acaso eres medio psicólogo, o mejor, proclive al devaneo mental, ya la cosa se complica amigo mío, porque una niebla de dudas difuminan los contornos de la verdad, de la realidad, de los otros, y hasta de ti mismo (no te digo ya de tu santa esposa, que a ella, tú bien lo sabes, no hay dios que la entienda, ni santo que te ampare. Se siente); decía, antes de irme por las ramas, que las certidumbres de las respuestas que acaso buscas, se enmarañan debido a la irracionalidad y las emociones, factores que dificultan, si no imposibilitan, responder a menudo a la dichosa pregunta de "¿Por qué?"
Si surge alguna cuestión más esquinada, enquistada entre manuales de filosofía, antropología, sociología, psicología, ética o religión, pues siempre puedes echar mano del instinto, las pulsiones y los actos reflejos, eso, o meterle un gol a la ciencia aludiendo, por ejemplo a la genética y ¡hala! que se estrujen las meninges los curiosos.

Un bendito serás, si tus preguntas no tienen incógnitas que despejar, si todo depende de lo que te guste y el porqué de todo no es más que la vela que apagas y retiras antes de merendarte la vida.

Bueno, puedes padecer cierta miopía en el entendimiento, ¡oye, es legal! Entonces, el interrogatorio existencial se simplifica. Todos conocemos a uno que hace una analogía de cualquier asunto difícil de explicar diciendo siempre que esto o aquello "-es como un toro-", la vida, lo que sea.
E igualmente, si eres "Homerista", ídem de ídem. Ya metidos en gastos, convido de balde a toda la parroquia alfabetizada a releer el legendario diálogo entre las dos figuras cumbre de la Cosiformia: Chulín d'Umbrique y Homero Sinsón, y que recogió el ínclito Nemo-16 con vocación trascendental hace ya algún tiempo, en este mismo medio ¡lástima que pasó sin pena ni gloria cuando vio la luz mediática! hoy, casualmente está disponible en Oportunidades Perdidas, y de oferta en este Diario de la Red de Bajura. Su título, descriptivo y presuntuoso, Divertimento Conceptual.

http://egonemoipse606.blogspot.com/2017/01/divertimento-conceptual-entremes-de.html?m=1

Pincha ahí, sin miedo, como si fueras un chaval de este siglo, y si no, simula curiosidad, anda. Gracias.

Fotos: ©Markus Lieben.
Texto: ©Nemobelovici Dragan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario