domingo, 25 de agosto de 2024

Damocles. Confusa divagación sobre la iniquidad de la envidia, el poder, la política, el racismo, el nacionalismo, el fanatismo religioso y otras malas hierbas. Tiesto Condensado.

        La Espada de Damocles, de Nemo.

                                 "El silencio es el grito
                            más fuerte de la verdad".

                              Aleksandr Solzhenitsyn.


Tiesto a propósito de Damocles.
-Escrito Confuso para un día moscoso-.

La belleza, el arte, la virtud, la riqueza, la abundancia, la dulzura, la victoria, la paz, la bondad, la felicidad...a todos los dones, en algún momento, les cierne un peligro amenazador -será constante la amenaza, si el opinador es un pesimista-.
Esta dualidad existencial: bien/mal, yin/yan, virtud/mal, etc. es parte intrínseca o circunstancial de la vida. Nada dura eternamente, ni es estable hasta el punto de ser inalterable. Así lo creo. Ya sea el simple paso del tiempo el destructor de la donosura de los dones o la regencia de la ética. Esto, cuando no es la acción del hombre la que los corrompe, y que además, resulta siempre más eficaz e imprevisible que el leve paso del tiempo a la hora de destruir y pudrir el bien, la belleza, el bienestar, el progreso, la ciencia.

Horacio y Cicerón fijan la Leyenda de la Espada de Damocles más en la iniquidad de la envidia.
El cortesano Damocles codicia la suerte de su señor Dionisio I el Viejo, Rey de Siracusa, allá por el siglo IV a.C.
Esta pelusa histórica es producto sobretodo de las bondades y regalías que disfrutaba el tirano, según el criterio de este áulico de la fortuna Real.
Y Damocles, -que quieres que te diga, es    un pelota de manual- babea y empalaga de tal modo al soberano con sus adulaciones, que un día, harto el rey, le ofrece disfrutar durante un día de sus dulces prerrogativas, e intercambiar su puesto de rey por el suyo de palaciego prostituto, y rémora cortesano.
Llegado este día, y en un principio, Damocles disfruta, como un impostado soberano, de banquetes y cortesanas sin límite, hasta que en un momento dado, pongamos que sentado en el trono real descubre que sobre su cabeza pende una amenazadora espada sujeta tan sólo por la crin de un caballo enfermo de moquillo
-metáfora de las reales amenazas que ciernen al poder-.
Visto lo cual, ante la amenaza del afilado acero sobre su testa, ya no le convino el trueque de papeles, se arrepintió de su lascivo deseo hecho realidad y deshizo el festejo de "Rey por un día". Era tonto, , -mu tonto, sí -amén de gañán de palacio adicto a los besamanos-, pero, vió claramente el peligro rondando su querida mismidad.

Es una metáfora de los peligros que cercan al poder, y por extensión, también al éxito, a la genialidad, etc, sobre los que sobrevuelan: envenamientos, magnicidios, envidias corrosivas que aniquilan, odios colosales que empozoñan, inquinas gigantescas que ciegan, maldiciones terrenas y divinas que fallan cuando se dictan, y pongamos aquí un largo et cétera de animus necandis a la virtud con variados actores, productores y directores. Hasta aquí lo literal. Invito a abrir el foco sobre la realidad circundante -ya les compensaré por el esfuerzo-.

Siguiendo el hilo dialéctico que hasta aquí nos ha traído tras la analogía y la moraleja arriba comentada: se puede afirmar, si a uno le da la real gana, que es una constante -me refiero al uso clásico e histórico del magnicidio regio para resolver envidias palaciegas, nudos dinásticos-, y por extensión considerar el holocausto de pueblos enteros, un simple daño colateral si le hace falta al mandamás de turno, llámase Stalin, Hitler, Leopoldo II, Mao Zedong, Pol Pot, Idi Amin Dada, Pinochet, Baby Doc, Ortega, Videla, Fidel, Chaves o Putin, y por supuesto, importándoles un bledo a estos sátrapas, -o un huevo, para los más ovíparos-, la suerte, más bien mala, de los sacrificados.

Caudillos hay que se les ha ventilado por sus propios, porque no hace falta fuerza ajena: Viriato, Julio César, Juana la loca, Lumumba, Sadat, Gandhi, Allende, Cánovas, etc.
Para acabar con el gerifalte de turno merece que mencione en este apartado el fratricidio cainita, tan nuestro, tan ibérico como un guarro de montañera en Sierra Morena. Para esto no somos únicos, pero sí brillantes.

Coloreamos el cuadro social; el margen menos sangriento del proceso de limpieza y reforma: asaz común, me parece el ostracismo científico, el extrañamiento humanista y la amputación cultural que el poder suele dispensar a los disonantes librepensadores. Cuando menos, castran ideológicamente y culturalmente al individuo y lo alinean, le someten a través del miedo, y le instan a autolimitarse.

Entonces, la Libertad muere. El Silencio se hace ensordecedor. La Desmemoria tiende neperianamente al infinito. La Cultura sufre raquitismo creativo. Los Sueños, escritos en lenguas muertas se petrifican convertidos en ensueños fósiles. La Luz, enferma de oscuridad, declina pesadillas genitivas de nieblas que ocultan las estrellas del firmamento.
No tengo más que decir.

¿Y la mentira política?, tan universal como habitual; mencionemos por extensión, el engaño social con el que nos ciegan los medios desinformativos paniaguados a sueldo de los jerifaltes de turno, en cada época y lugar.
Hay más, una constante arriba apuntada y  tan acelerante como la gravedad: el silencio complice del insolidario que tamiza la realidad como la niebla un valle vasco -no, no es casual la similitud-.
El beneficiado se beneficia, y el narcisista declina su salmodia "yo-yo-y-mi-ombligo", y las víctimas o perjudicados que se jodan o espabilen -siempre pueden eligir ellos el verbo-.

No quiero parecer un jodío grillo, pero conviene señalar que se suele guardar la verdad bajo llave en aras del supuesto progreso, o se acostumbra a fidelizar al "Sistema" por medio del terror que provoca el exterminio, por la acción expeditiva de las purgas ideológicas o la limpieza étnica, tan quirúrgicamente expeditivas como sea necesario con el tejido social; también son muy eficaces las empíricas sacas -hay muchas tapias en este país, aún hoy, con sus cicatrices-; no menos espeditivos son los campos de reeducación asombrosamente ejecutivos -muy del gusto alemán, chino o ruso-; Recordemos en este arqueo, los vuelos de la muerte sudamericanos u otras sútiles maneras de hacer callar al que no piensa tal como marca la torcida doctrina del tirano de turno.
Aún hay más, por ejemplo cuando son el color de piel, el fanático nacionalismo parónimo del necionalismo sociológico, el adeene (ADN) y la religión, las Fuerzas de Valimiento Supremo para dictar las listas negras de destinados al purgatorio o directamente al infierno de la desaparición física.
Todo este proceso de regeneración idealista se hará con la connivencia, asesoramiento o liderazgo de algún maldito asesino metido a político, o puede que lo encabece un puritano santón transfigurado en inquisidor. No menos útiles a estos fines son sus esbirros, que transforman en aciones las chorradas que emanan de las meninges de aquellos; estos sans-culottes seran sus abanderados, su policía política o religiosa, libertarios, revolucionarios y supuestos libertadores. Serán sus Tonton Macoutes, los inefables SS, los daltónicos Jemeres Rojos, etc, que aniquilarán "por orden" las excrecencias del Antiguo Régimen, generando osarios de miles, de millones de calaveras mondas y huesos con harapos.
De tal modo, ha habido timoneles ideológicos que han masacrado pueblos: armenios, judíos, tutsis, etc -hay muchos etc-. Todos ejemplifican el genocidio que mancha de sangre la historia del homo sapiens, no tan sapiens, creo yo.
Otras veces será un loco suicida, un puto amo mentiroso, enfermo de pureza y poder, o tal vez una luminaria del Sistema o un iracundo Contrasistema. Estáte atento, porque puede ser también un loco exégeta de la Ley Divina quien guíe al exterminio a quién a él le pete, mediante Fatua o Auto, Decreto o Ley Suprema del Pueblo.
Lo has visto muchas veces en la televisión o en el cine, si no eres del vetusto placer de leer libros. Tenlo en cuenta, anda. Estás avisado.

En definitiva y volviendo al principio, la muerte monda y lironda, sin oropel púrpura, producto de las simples ansias de algunos por alcanzar y ocupar el lugar privilegiado de otro, de lucir la reputación inmerecida, por gozar del lujo y las riquezas ajenas es un actor principal en la comedia humana.
La envidia del talento ajeno, el goce onanista de amasar el poder determina arbitrariamente la vida -y la muerte también- de la gente, de los enemigos, de los desdichados coetáneos del actor protagonista que dejará tras de sí unos miles, o tal vez millones, de humanos muertos, desaparecidos, encarcelados, confinados, expatriados, literalmente barridos de la memoria colectiva en el Nuevo Demiurgo creado.

Ser cortesano, pastor de almas o de churras, santo varón, sátiro egoísta, listo según la definición de la buena gente, meapilas pelanas, intermediario facineroso, anónimo contribuye contemporáneo, comerciante, futbolero zote, artesano, campesino, empresario, ganadero, funcionario de carrera nepótica, o por oposición, peor aún, asesor político por genuflexión debida. Digo, que quizá interese pertenecer a cualquiera de los gremios o grupos referidos, antes que ceñir corona alguna, debido a los riegos para la salud que comporta ser majestad, monarca, líder, señor o emperador, y morador eterno de un seguro y frío mausoleo.

Conviene, creo yo, zascadilear como un trovador aguafiestas, músico de verbenas o rapsoda de versos al peso, tanto o más que vender humo sin rubor en la televisión basura, o por ejemplo, musicar naderías de éxito a troche y moche con aire de perreo chabacano, o con un fútil compás flamenco, o bien a base de chimpún cañí, rancio y casposo como una folclórica mohína.
No menos interesa, opino, hurtarse a la vista del contribuyente siendo miembro zangano del clero, y hasta saltimbanqui de semáforo tiene un cuarto de mejora como entrenamiento si vas a correr vaquillas por esos pueblos de Dios; también no está mal ser bufón con millones de seguidores en las redes sociales de bajura; no menos ventajoso es ser perroflauta con tarjeta Visa y mejillones en los cojones, y ya, si alcanzas a ser pisapapeles transparente de cualquier diputación de provincias o un digno antisistema a sueldo del sistema, alcanzas el Sangrilá, el summum, y tienes  cuarto y mitad de amejoramiento en el fuero de tus pelotas, amén de en la largura y bondad en la redondez de tu estúpida existencia. De igual modo que si subsistes como colaborador mambria de programas rosas, o si vives siendo un hijo de gran puta, y por ende, marido/mujer de un ídem.
De igual manera, conviene pertenecer a la membresía de cualquier minoría rémora, ser vago con papeles y paguita, o listo sin vergüenza ni conciencia, jaque o malote con pensión completa en la trena. Como ventajoso también me parece el grosso grupo de los plumillas y chupatintas a sueldo del poder y un larguísimo et cétera de oficios cargos u ocupaciones, todos, siempre, con más rédito vital que ser Rey -vale esto también para cualquier prócer republicano. No veo grandes diferencias-.

Quizá al final el positivista Damocles intuyó esto, y tal vez estas razones fueran suficientes para que este tonto del culo histórico hiciera -y deshiciera- la permuta soñada por muchos incautos. Quizá.

Es posible que alcanzar la eudaimonía aristotélica dé sentido a la vida si es  mediante la virtud, prescindiendo, como aconsejan los estoicos, de los bienes externos a uno mismo, pero, como queda dicho, hay otras "maneras de vivir" -ya lo decía Rosendo-.

Nemo.

                "La boca del justo habla sabiduría 
                 y su lengua, justicia".

                        Salmo de David 37 30.
P.D.
Perdonen mi devaneo -ya saben que así de confuso me declino los días bisiestos sin siesta-. Tan perfecta es mi ignorancia y atrevimiento que, como a Simplicius, a mí también me resulta imposible saber que no sé un carajo de lo que hablo, y entonces, pues hablo sin saber. Perdón, pero aguántenmelo. Gracias, tienen ustedes el cielo ganado.

Y, ya saben, para desentreñar este dichoso texto, testo de curvas dialécticas, apelen gratis y sin tasa, a mis hermeneutas: Ferdinando, el palangana con morrillo, a Benitín, el del verbo predicativo con espinas, y a mi tercer evangelista, el Bautista del Último Día, Loloquías, el hombre que dio nombre a las cosas y adjetivo a las personas. Para lo demás, no sé, tiren de refranes, de suegras y cuñados o de la enciclopedia digital que tienen a su disposición en el dispositivo que tan bien manejan ahora mismo con sus manitas.

Nemo.

Fotografía: Markus Lieben.
Localización de la creación: 101. Servisa.
"La espada de Damocles" por Nemo.
--Tinta sobre papel--.
Tiesto a propósito de Damocles, de Nemo.
Fondos de Solana y Umbría de la Fundación Grisgrís. Sala del Truco del almendruco. Colección Difusa. Escrito confuso para un día moscoso y de vinagre ácima. Mar de los Algotros.
La Ballena. Valle del Xerte. Mangurria.
Constante veedor, del Llano a las Razuelas, ojeador, compinche necesario de este artefacto: Rnesttatta Hammatta-Hammatta -factótum es lo qué es-, y un huelebraguetas, un correveidile, un zascandil, un Celestino de Monigotes, un goleor y un escusao de los pintamonas.

domingo, 4 de agosto de 2024

El mal. El miedo del mal. Olor a tragedia.

           El miedo del mal, de nemo.

Fotografía: Markus Lieben.
El miedo del mal, de nemo.
Olor a tragedia. Xergiu.
-Tinta, bolígrafo de los chinos-. Julio-24.
Fondos del Mar de los Algotros de la Fundación Grisgrís. Sala del Cine de Arriba. Dreams Machine Tonete & Nicasio (S.I.) Suciedad Ibérica. La 🐋 Ballena. Valle del Xerte. Mangurria.
Hueleculos y chalán de la cosa plástica:
Rnesttatta Hammatta-Hammatta.