domingo, 13 de octubre de 2019

Doñana 1.0
























































Fotografías: Markus Lieben.
Patrocinador y mecenas: Nemo.

Doñana 1.1





















































                  Fotografías: Markus Lieben.
               Patrocinador y mecenas: Nemo.

sábado, 5 de octubre de 2019

Matilda & Villegas. El número.



                             A Matilde, factótum de su grey.

   



                        -Gas y el número-

                                      I

Nuño Villegas, Gas, arqueó las cejas tanto como abría la boca. Se disponía a engullir una pringosa rebanada de pan ahíta del óleo de Estepa con jamón de Jabugo. En ese jodido instante un largo ¡Joeeer! le salió de las bodegas de su vientre. Era bastante habitual a esa hora que le sonarán las tripas y raro que lo hiciera el teléfono. Bueno, que flameara el odioso pirulo con su luminoso parpadeo. Su yerno Pitu se lo había injertado al teléfono, en plan alarma de central nuclear o aviso de ataque aéreo. Los destellos no paraban, y se agobió, como se angustian los ancianos ante las sorpresas que alteran su rutina. Su aislamiento de jubilata sordo como una tapia, ultrajado. --¡Cagüen Ross!-- escupió al depositLar la media de pan de Antequera en el plato junto a la otra media--. Con la tensión apremiamente del ninonino se le quedó bloqueado el maxilar inferior --¡Ya está la maldita quijada encajada otra vez! --se lamentó--. Y para colmo, la parte superior de la prótesis dental se le descolgó de las menguantes encías, después de descolgarse, se sumergió en su tazón de café con leche como una Atlántida de resina en un mar terroso. Con la boca ligeramente abierta, respirando por ella, se levantó para coger el ordenador y ver el mensaje escrito:
   --"Papá, soy Piluca, no te llamé ayer noche porque era tarde ya, se....vamos a ver... que tu sobrino El Pelos, sí, Julián el de Rosina, bueno, que se metió ayer una leche monumental con la motocicleta con cuernos que tiene. Bajaba Somosierra. O sea, que iba con sus amigotes de ruta ¡Como siempre! Y según nos han dicho ellos mismos, se despeñó por un barranco al intentar no atropellar a un perro suelto ¡Te lo puedes creer!--.
--¡Pues claro que me lo creo, no me extraña, es tonto de capirote! --pensó Gas, mientras, el fuelle de su pecho soplaba aire de cripta recién abierta, de osario removido--.
--Siguió su hija con el atestado--Total, que se ha matado. Mañana, a primera hora, a las 8,00 o así, el entierro. No te preocupes, que hoy después del trabajo te recogemos para ir todos al Tanatorio de la M-30. De todas formas, Martín o yo pasamos esta mañana a verte y hablamos. Si te quieres poner un rato el audífono y llamar a Rosina, este es su número 887 588 000"--.
Gas anotó, en un margen del periódico de ayer el número. Trasteó el teclado con los dedos pringados de aceite de oliva virgen extra, incómodo y torpe, le dio sin querer a la condenada tecla Delete, y ¡zas! borró el mensaje. Ya le había pasado más veces. Pensó que --¡a la porra el cacharro!--y se dirigió a la cocina. Arrastró hasta allí las pantuflas, como haría con su bola un presidiario.
Voluntad hecha a base de instinto, mansedumbre infecta en su sangre hiperglucémica, y mirada velada por las cataratas de marinero en medio de un banco de niebla en el Gran Sol. Vida que se tambalea, roma, lijada y pluscuanimperfecta. Condena ad finem a padecer achaques que le hacen titubear, balbucear, chochear y secretar humores seniles, miasmas de viejo viudo. Todo, hasta que a su patata le dé un patatús, Sintrom aparte. Y al fin, su civilizada familia le diga adiós, acomodado, a bordo de una caja de pino con olor a naftalina. Previo pregón al indiferente universo mediante una esquela 9/11 en el ABC, donde su hijo Martín colocará una frase al pelo, seguro. Algo así como:

"Ahora, resignación. Mañana, entierro.
Te seguiremos, pero en otro momento".

Además, es más que posible que durante la ceremonia del tanatorio, el ocurrente de su hijo busque un hueco en ella para endosar a los silentes presentes, una musiquita de las que él pone en su programa La balada del mar salado de Radio 3, por ejemplo, "Sargento de Hierro" de Morgan. Aunque a su padre Gas, bien lo sabe, le hubiera gustado más el guitarreo cristalino de "Se acabó" de Leño, pero es lo que tiene morirse, ya no decides tú, alguien lo hace por ti, incluso contra tu voluntad testada. Todo esto ya lo tiene más que imaginado Gas, rumiado diría yo.

Tristezas aparte, resolvió Gas dar dientes al desayuno; con la boca torcida y entreabierta, se juró por Sam Peckinpah -su santo patrón desde Perros de paja- que la tostada tenía los minutos contados aunque tuviera que engullirla, sin masticar, la boa tatuada en su brazo derecho.

Texto: Nemo.


Fotografía: Markus Lieben.






martes, 1 de octubre de 2019

Dos Torres.




Dos Torres (Asinelli y Garisenda). Bolonia. Italia.

Técnica: carboncillo sobre papel láser, vamos, sobre el común y poco creativo papel de oficina.
Autor: Nemo.
Fotografía: Markus Lieben.