sábado, 15 de junio de 2019

El Bosque de Cobre. Naturaleza: Otoño/Invierno.












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Fotografías:©Markus Lieben.
Tiestos ahorrados esta vez por Don Nadie, para alborozo de los que sólo les gusta "ver santos". Esta economía, tan poco propia de Nemo a la hora de enmoquetar las fotos, en realidad es debida al mutismo castrador que le produjo contemplar la belleza de la naturaleza desnudándose durante aquella jornada en El Bosque de Cobre, y claro, en un intento de no distraer al ojeador curioso de la imagen franca.
©Nemo.

Localización: Valle del Genal. Bosque del Cobre: Igualeja-Pujerra-Cartajima. Serranía de Ronda (Málaga).
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sábado, 1 de junio de 2019

Serie Norba Caesarina y Alconétara. --Contiene "El sentido de la vida, a la de tres"--.




             Torre Bujaco y acceso escalonado
        a la acrópolis amurallada de Cáceres.






                  Arcada de la Plaza Porticada.
              Garrovillas de Alconétar. Cáceres.






El sentido de la vida.

"La casa de Azur tiene diadema. La parra plantada por Silvino, su padre, hace ya años, corona de verde su fachada celeste, se agarra a la baranda de su balcón, y en septiembre, unos racimos de uvas sultanas penden apetitosas tras el cristal de su petril.
Ahora, ella es una mujer preñada. Y en los tiempos muertos de su prescrito reposo absoluto, se asoma al quehacer diario de sus vecinos: un trajín de rutinas que se conoce ya, pero que le animan los días de lectura y radio. Gonzalo madrugó, como siempre. En esta época del año, en el inicio de la primavera, la faena que le ocupa es entresacar brotes vanos a las viñas, ahora andará doblado con el despioje, en Pago Ancho o en Los Membrillos. Ya veremos la cosecha. Él dice que va a ser buena, y que la mejor cuba la guardará para cuando la niña que lleva en sus entrañas Azur, se case. Será su mejor vino para el mejor día, dará color, calor y sabor a la garantía de perpetuación de su sangre. El círculo del ciclo de la vida se iniciará de nuevo, y ellos, Azur y él, se sentirán orgullosos y satisfechos de añadir un nuevo eslabón a la cadena de la humanidad, llenos de la paz que da el esfuerzo callado y continuado de criar y sacar adelante su familia, tal y como hicieron sus padres con ellos, y los padres de sus padres con los abuelos, en un infinito relevo de trabajos humanos que dan sentido a la vida".

Nemo ©.

Garrovillas de Alconétar.
(Cáceres).






Gárgolas de hojalatero.







Asimetría de la arquitectura.
Garrovillas de Alconétar.






Palacio de los Golfines de Abajo.
Su fisonomía habla de lealtades medievales: su truncada torre y la presencia del escudo de los Reyes Católicos bajo su principal ventana nos recuerda que Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla se alojaron en este palacio cuando estuvieron en la ciudad, y los Golfines, propietarios de este palacio fortificado, como el resto de las familias nobles de Cáceres levantiscas y desleales a los católicos reyes, vieron desmochadas sus torres por su apoyo a "la Beltraneja" frente a la postulación guerrera de Isabel para ocupar el trono del Reino de Castilla en la Guerra de Sucesión de Castilla, vetusto cainismo ibérico.  Para pacificar las disputas continuas entre las distintas familias de la nobleza cacereña, y en general, en el resto del Reino de Castilla,  también para perseguir el bandolerismo, prender a los golfines, la Católica, creó en 1476 con fines de orden y justicia, La Santa Hermandad, que pudiera ser considerada la primera policía de Europa. Mucho tuvo que ver la Santa Hermandad en el severo desmoche y sometimiento de la nobleza cacereña desleal. Mira tú.

Nemo©.

Cáceres.






Blasón esquinado. Nobleza esquinada del barrio de arriba, repoblado tras las Reconquista por colonos gallegos, leones y cántabros.

Cáceres.







Callejón de Don Álvaro.
Cáceres.

"Me asomo al callejón, y un escalofrío me eriza los vellos de los brazos. Una corriente gélida de aire circula hacia poniente, encajonada y presurosa hacia La Preciosa Sangre. La mayúscula O, encajada entre las traseras del Palacio de Ovando y las de la Iglesia de San Francisco Javier me resulta sugerente, y comienzo a adentrarme por el angosto callejón de apenas un metro de ancho. Huelo la humedad de la sombra perpetua, la frialdad del tiempo estático y también los prostáticos orines de vejigas de válvula cistítica. Las paredes enfrentadas muestran desconchones de vejez histórica, heridas que dejan ver el mortero con el que los construyeron manos de leyenda. En medio de un rosetón descascarillado de la pared se dibuja una figura geométrica inesperada. ¡Es una cruz metálica oxidada, de un palmo de larga! y que se perfila perfectamente incrustada en el granulado en descomposición del muro que cierra Los Golfines. Extrañado por la aparición de este símbolo cristiano en las entrañas de la argamasa que forman las paredes del Palacio, escruto con detalle los números rosetones leprosos del mortero que son la carne magra del edificio, y observo con pasmo un trozo de tibia humana, bien pulida por la intemperie que asoma troceada y porosa.
De hito en hito examino las paredes ¡Sorpresa, hay también algunas falanjes humanas!.
Después de ojear todas las calvas areatas de cal en la pared, confirmo que hay infinidad de restos óseos incrustados en la mezcla constructiva de los muros del Palacio. Con aprensión, recojo propósitos, y con desasosiego desando la calleja para buscar la seguridad de la Plaza de San Mateo, y de paso, el calor del sol, la luz de un presente menos truculento que el pasado convulso del medievo."

El Palacio de las Cigüeñas se construyó en el siglo XV utilizando sillares y elementos constructivos del alcázar árabe derruido, y lo más curioso, usaron como material de relleno para sus muros, los cascotes de un cementerio medieval, sin discriminar las osamentas de los desdichados enterrados, que ahora son historia arquitectónica de ciudad, anónimos constructores de una memoria histórica que se erige en un rincón serpenteante y húmedo, sombrío.

Nemo©.






Casa de las Cigüeñas o Palacio de los Cáceres-Ovando.
Siglo XV.

Arriba, intencionadamente, omití una parte de la historia que ahora intentaré completar. En el pie de foto del Palacio de los Golfines de Abajo, sucintamente, se refiere el desmoche de las torres de la Villa de Cáceres ordenado por los Reyes Católicos en respuestas al posicionamiento en el bando de Juana la "Beltraneja" de todas la nobleza cacereña, pero esto no es exacto. Una familia noble cacereña se alineó al lado de Isabel I en su disputa por el trono castellano, los Ovando, en reconocimiento y regalía, las majestades católicas permitieron mantener la altura defensiva de la torre del Palacio-Fortaleza de los Ovando.
Lealtad y reconocimiento.

Nemo©.

Cáceres.







Callejón de la zona gallega y leonesa que baja serpenteando por el barrio alto camino de la Judería Vieja y del agua de la Ribera.

Cáceres.







Adarve de la Estrella.

Cáceres.







La Torre Bujaco defiende el flanco noroeste del recinto amurallado. Construida sobre sillares romanos por los árabes tras las conquista de la ciudad después de un largo asedio, fue reformada nuevamente tras la Reconquista cristiana para darle, más o menos, su aspecto actual.

Cáceres.







Puerta del Postigo.
Discreta puerta medieval de acceso intramuros.

Cáceres.






Patio interior de uno de los Palacios de la zona castellana de la villa amurallada de Cáceres.







En este solar, delante de Santa María, en época romana confluían el Cardo y el Decumano y se encontraba el Foro de Norba Caesarina. En la época medieval era el centro del barrio bajo, poblado eminentemente por colonos castellanos traídos tras la Reconquista. Hoy, la sombra alargada de la desmochada torre del Palacio de los Golfines de Abajo, nos recuerda a todos lo que fue y lo que quiso ser, quizá. Y la luz del sol marca lo que es realmente, tal y como ordenaron el Real Arbitrio de los Reyes Católicos.

Plaza de los Golfines.

Cáceres.







Coro de arcos e infantería de columnas.
Plaza Porticada de Garrovillas de Alconétar.








Arborescencia.

Palacio de Ovando.
Cáceres.






Plaza de San Jorge, el patio de mi recreo.

Iglesia de San Francisco Javier con sus dos enhiestas torres defensivas, y adosado a ella, el Palacio de Luisa de Carvajal, joyero que contuvo durante décadas las alhajas adolescentes y jóvenes del vulgo agrario, venidas de todos los rincones de la áspera geografía extremeña, para ser guardadas, a recaudo de truhanes zalameros y de ladrones de doncellas.
En su escalinata robé yo un día un jade, y me paseé con él toda una vida.

Cáceres.

Nemo©.





Soportales con su perrillo. Plaza Mayor de Cáceres.






En lo más alto de la acrópolis cacereña, San Mateo, delante de esta iglesia, lo que fuera la Plaza de Armas del alcázar árabe que la precedió. Muy cerca, en el Palacio de Las Veletas, el aljibe que aprovisionaba de agua la ciudad, y justo donde está este templo desde el S.XVI, había anteriormente una mezquita. En sus panteones descansan miembros nobles de las mejores familias de Cáceres: Ovando, Paredes, Golfines y Saavedra.
Markus afirma haber visto a sus pies a Conan el Bárbaro, y yo recuerdo haberme casado aquí hace ya unos años.
Iglesia impenetrable y sobria, de una pieza, robusta, despojada e inaccesible a sus secretos históricos, que son muchos. Mimética del carácter extremeño.

Cáceres.

Nemo©.








Torre de Sande.





                                     Markus.


Fotografías: Markus Lieben.
Tiestos: Nemo.
Localización: Cáceres, Ciudad Patrimonio de la Humanidad y Garrovillas de Alconétar (Cáceres).